viernes, 8 de julio de 2011
Blue Blizzard 008.5
Bittersnow ya no es ni la sombra de lo que fue 20 años atrás. Tenía 42 años en mi cuerpo, una bella esposa y tres hijos maravillosos cuando surcaron el cielo un centenar de bestias sacadas de un cuento de terror (...).
Algunas pasaron sin más pero otras nos atacaron sin razón aparente. El caos se expandió mas rápido que la espuma, mataron sin control o distinción de género y edad. Intentamos defendernos pero nuestras herramientas, originalmente creadas para trabajar la tierra, no lograban perforar sus resistentes cuerpos cubiertos de escamas (...).
En menos de dos días habían arrasado con más de la mitad del pueblo y sus alrededores. En sus miradas había mucho rencor y odio, sentimientos que fueron contagiados a los pocos sobrevivientes (...).
He perdido a mis tres hijos y mi esposa esta agonizante debido al ataque de una de esas bestias a mi hogar. Un grupo de aviones y helicópteros llegaron a socorrernos pero no había más de 10 sobrevivientes contándome (...).
Contactaron conmigo, dicen ser de una organización que velara por nuestra seguridad y la de nuestras tierras. Su armamento parecía bastante óptimo para enfrentarse a esas abominaciones (...).
En un mes logrando enviar a esas bestias hacia el sector sureste de las montañas pero ya no quedaba nada que proteger (...).
No quise dejar mis tierras, son mi vida, mi familia y mis recuerdos las que están acá. Reconstruyeron rápidamente el pueblo pero solo estaba yo para habitarlo (...).
Me ofrecieron ser la persona a cargo del lugar y que traerían nuevos habitantes. Donde muere un árbol se planta una semilla, fue lo que me dijeron. Yo acepte (...).
Las personas que trajeron, si es que se les puede llamar así, eran seres vacios carentes de sentimientos, pensamiento y voluntad. Vivian por inercia. Poca diferencia había entre ellos y yo, mi vida comenzaba a perder el poco sentido que le quedaba (...).
Pasaron más de 12 años en los cuales nada había cambiado. Como mucho se llevaron a algunos de los habitantes pero pronto fueron reemplazados por más y nuevos seres vacios. Este pueblo ahora parecía el albergue de seres sin razón (...).
Una luz de esperanza brillo sobre el frio y gris firmamento, una niña de cabello azul llena de sentimientos y voluntad me habían encomendado. Aunque física y mentalmente no se parecían, me recordaba mucho a mi hija (...).
Es una ironía que me preguntes que ocurre con este pueblo, cuando llevo años en él y no soy capaz de darte una respuesta. No sé qué ocurre, nunca me lo han informado y tampoco lo he preguntado. ¿Debo averiguarlo? (...).
Ya estoy totalmente perdido, pero intentare evitar que tu voluntad sea anulada por estos cascarones con forma humana. El problema es adonde llevarte. No solo este sitio fue arrasado por las bestias, todo este continente y tengo entendido que aun siguen vivas (...).
Hay un refugio que está en una condición muy óptima, imagino que aun es un área a salvo de todo y el cielo es más real, no como ese manto negro que cayó sobre nosotros y jamás nos ha abandonado (...).
La traeré acá para que se esconda hasta poder darle una oportunidad de que recupere su libertad. No merece hundirse en este asqueroso y vacio lugar, no lo merece (...).
Ya ha crecido bastante y está ganando independencia y deseos por vivir. Qué bueno, no fue influenciada por su entorno sino por las montañas. Debe estar próxima a su manifestación (...).
Es ahora o nunca, el helicóptero de la organización debe estar próximo a llegar por nuevos cuerpos, debo llevarla al refugio mañana (...).
No se lo merece (...).
(...).
(...).
No se lo merece (...).
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